Los diferentes estudios que en los últimos años se han realizado sobre juventud y TIC, ponen de manifiesto que casi el 90% de los jóvenes son miembros de alguna red social online. Si a esto unimos, que tanto el profesorado como la mayor parte de los participantes en el mundo educativo (padres, políticos, etc.) también están inmersos en la vorágine de las redes, y que éstas ofrecen grandes opciones a la hora de compartir datos, documentos, contactos, etc., estamos ante un recurso que puede ofrecer ingentes posibilidades de trabajo dentro y fuera del aula.
Las redes sociales demuestran tener grandes beneficios en cuanto a la comunicación, permitiendo conectar individuos que, de otra forma, no podrían encontrar personalidades afines y aquellos que por motivos sociales, físicos o personales no podrían tener una comunicación social satisfactoria. Así se concluye, junto con Díaz Gandasegui (2011) que las redes sociales permiten, en definitiva, comunicarnos de una forma diferente a como lo hacemos en el mundo físico, una comunicación rápida, corta y horizontal que se ajusta a un mundo rápido en el que la tecnología nos ha dado las herramientas para comunicarnos con cualquier punto del planeta en cualquier momento.
Además, apoyados por la teoría del conectivismo, podemos explicar que las posibilidades que nos ofrecen las redes sociales de estar en contacto con una ingente cantidad de personas, al contrario de distraer y conllevar una pérdida de tiempo, nos aporta una riqueza de información, documentación y opiniones de diversa índole y en cualquier ámbito que necesitemos, convirtiéndose así en una potente y valiosa fuente de información.
Pérez I. (2013). Redes Sociales y Educación. Una reflexión acerca de su uso didáctico. Revista Creatividad y Sociedad, nº21, 16-17. Madrid.